¿Qué deben hacer los padres ante el acoso por internet a su hijo?

20 de Febrero del 2018 · 13:27
¿Qué deben hacer los padres ante el acoso por internet a su hijo?
Archivo

El mayor acceso a dispositivos, la variedad de plataformas y la edad cada vez más temprana en que los niños manejan la tecnología, amenaza en multiplicar los casos de acoso.

 

Ya llegarás a sexto y seremos tus amigos”, “prepárate para ser arquero de nuestros pelotazos”, “acuérdate de estudiar porque nos tienes que soplar siempre”. Estos son algunos de los mensajes vía Whatsapp que recibe dos o tres veces al día Joaquín, un alumno de un prestigioso colegio curicano y que lo tiene muy nervioso y sin querer salir de su casa, mucho menos retomar las clases en marzo.

Sus remitentes son niños entre 10 y 11 años, quienes probablemente no sean conscientes del daño que le están haciendo a la autoestima de su compañero, el cual puede ser permanente. El problema es que, tal y como advierten los especialistas, en el ciberespacio todo se magnifica o se interpreta de distinta forma y los acosadores que permanecen invisibles en la red, siempre inventan nuevas maneras de atacar a sus víctimas porque se sienten amparados en el anonimato.

Y aunque muchos pensarían que el ciberbullying es cuestión de adolescentes, lo cierto es que niños cada vez más pequeños están siendo víctimas (o victimarios). Carolina Iturra, académica de la Facultad de Psicología, es una de las asesoras expertas de la campaña #NoLoPermitas que impulsa la Universidad de Talca (UTALCA) para el buen uso de las redes sociales.

Para Iturra, “un factor clave que influye en la vulnerabilidad es la edad en que comienza la adolescencia, que antes era alrededor de los 14 o 15 años, hoy comienza a los 10 y el grupo de amigos genera, a esa edad, más influencia que los padres”.

Por su parte, Liliana Guzmán, impulsora de la campaña y directora de Comunicaciones de la Institución explicó que “actualmente los niños y jóvenes están 100 por ciento conectados y requieren límites por parte de los padres. A veces pensamos que un smartphone es un buen regalo para nuestros hijos, pero no nos damos cuenta de que los estamos haciendo vulnerables y que el uso de estos dispositivos implica mayor atención y guía por parte de los adultos a cargo”.

Asimismo, reflexionó sobre la necesidad de ser consecuente. “Si llegamos a la casa súper conectados y preocupados de Facebook o de la red social que sea, el niño nos ve haciendo eso y lógicamente hace lo mismo. Hay que comprometerse y construir una relación, explicarle cuál es el peligro, pedirle que nos muestre qué es lo que ve en la red. Más que ir a la imposición, hay que ir a la conversación y a los acuerdos”, subrayó.

En una época de hiperconectividad, los adultos deben mantenerse a la vanguardia y conocer el uso de las plataformas y redes sociales. Solo así podrán ayudar a sus hijos a defenderse de los peligros que hay detrás de ellas.

Además, es importante que, ante un caso de vulneración, los padres diferencien los distintos tipo de acoso: cyberbullying que se da entre menores de edad y que busca molestar, burlarse, amedrentar o menoscabar a la víctima; y un acoso ejercido por un adulto hacia un niño con el objetivo de ganarse su amistad, lo que se conoce como grooming y que puede derivar el actitudes de tipo sexual que comprometen la integridad del menor.

CONOCER LAS CLAVES

 

Muchas veces los niños no dicen que están siendo víctimas o que están recibiendo mensajes amenazantes, por ello es clave la comunicación. La psicóloga Carolina Iturra indicó que “es importante que nosotros también seamos responsables de, por ejemplo, cuánto tiempo utilizan sus propios celulares y otra cosa en la que somos más chisquillosos, pero es necesario, es que sepamos cuál es la clave de acceso que ellos tienen a sus teléfonos”.

Y aunque este punto puede resultar para algunos una intromisión en la privacidad, Liliana Guzmán advierte que “las mamás y los papás somos responsables ante la ley hasta que el niño cumple 18 años y como padres no podemos eludir ese compromiso”, concluyó.

 

 

Lo último