El futuro incierto de los restos del patriota Francisco Villota que se encuentra en la Iglesia San Francisco de Curicó

El historiador curicano, Enrique Muñoz, expresa preocupación respecto a qué va a suceder con esa importante parte de la historia de Chile.

27 de Enero del 2020 · 07:58
El futuro incierto de los restos del patriota Francisco Villota que se encuentra en la Iglesia San Francisco de Curicó
Archivo

Un historiador curicano pide a las autoridades que se preocupen de los restos del Patriota Francisco Villota que descansan en las ruinas de la Iglesia San Francisco.


El 24 de enero de 1817 el patriota Francisco Villota liderando la guerrilla independentista compuesta por 120 hombres, intentó tomar por asalto la Villa de San José de Buenavista de Curicó.

Tres días después, el 27 de enero es asesinado y expuesto desnudo en la plaza de Curicó por el ejercito español. Sus restos aún se encuentran bajo la cripta de la Iglesia San Francisco y tras el incendio recién pasado, hay incertidumbre respecto a qué va a suceder con esa importante parte de la historia de Chile

Villota, hijo de un hacendado leal al Rey de España había sentido el impulso de la independencia como muchos jóvenes, pero su figura y su condición de aristócrata le dio un valor especial a sus incursiones. Villota después del desastre de Rancagua viaja con los sobrevivientes a Mendoza y se suma allí a José de San Martin.

El historiador de la Universidad Católica del Maule, Enrique Muñoz, en conversación con VLN Radio, piensa que no se le ha dado la importancia real a Francisco Villota en la Historia. José de San Martin desde Mendoza envía emisarios a Chile, entre ellos Manuel Rodríguez y Francisco Villota, por eso a éste último se le conoce como el “guerrillero olvidado”, él debiera estar al mismo nivel de relevancia que Rodríguez dice el historiador.

Una vez en Chile, Villota organiza una guerrilla y se instala en la hacienda de su familia en un fundo de Teno. El día 24 de enero de 1817 avanza hasta Curicó con sus hombres para asaltar la Villa. Ingresan por el único acceso de la época que era el callejón del pino, actual Avenida España. Villota se lanza con la esperanza que llegaran refuerzos desde la costa del clérigo Juan Felix Alvarado pero no llegan.

Las tropas realistas encabezadas por los llamados Dragones de la Reina, se percatan del movimiento, en la noche se inicia la batalla probablemente en la actual alameda a la altura del monumento a Luis Cruz Martínez y toman prisioneros a cinco hombres de Villota los que fueron desnudados y colgados en la plaza del pueblo como escarmiento.

Villota con parte de sus hombres se repliega a su hacienda de Teno Comalle y de ahí se van a Huemul para unirse con las tropas de Ramón Freire que habían cruzado las cordillera por el paso Planchón.

Las tropas realistas llegan a la hacienda Comalle, al no encontrar a Villota torturan y cuelgan a su capataz en el árbol que aún se encuentra a la entrada del fundo. Posteriormente continúan la persecución y se produce la batalla de Huemul el 27 de enero de 1817 y en esa batalla “al igual que Rodríguez lo asesinan por la espalda, algunos dicen que fue un cuchillo, otros dicen que fue con un sable”, detalla el historiador.

Cuando los soldados realistas se percatan que el cuerpo de ese guerrillero era el de Francisco Villota, el capitán español Lorenzo Plaza de los Reyes lo desnuda y lo exhibe, en la plaza del pueblo también a modo de escarmiento.

Finalmente el cuerpo de Villota es sepultado bajo la cripta del Altar de la Iglesia San Francisco de Curicó.

El historiador dice que “por la memoria histórica es necesario hacer ahí un trabajo de antropología, de arqueología, sacar todos los restos humanos que están ahí enterrados, porque en el periodo colonial era común esta práctica y hay más cuerpos enterrados en la iglesia. Hay que hacer estudios de ADN, hay descendientes de Villota y luego de eso hay que hacer un acto reparatorio porque esto es memoria histórica, es patrimonio y trasladar los restos al Cementerio de Curicó”.

Muñoz dice que “se puede recuperar la iglesia, que sí vale la pena restaurar, y erigir en el sector un museo de sitio que recuerde la historia de Francisco Villota, porque si bien nació en Santiago, el decidió pelear por la independencia en nuestra zona”, puntualiza el historiador.

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