Dueño de una pluma
inigualable, admirador de “Pepo” (creador de Condorito) y curicano hasta la
médula de sus huesos, Luis Aladro Moreno, fue un artista en todas sus formas.
Aunque su pasión se
desarrolló paralelamente a sus labores en el empresariado, sus caricaturas a
diversas personalidades de la colonia española de Curicó, fueron un fiel
reflejo de la sociedad durante la segunda mitad del siglo XX.
En una entrevista
otorgada a Tell Magazine, señaló que su pasión siempre fue comprendida en su
entorno familia, incluso por su esposa, Gloria Cueva. “Siempre me pregunta a
qué hora me voy acostar y yo sigo de lo más bien instalado en una pieza donde
guardo todas mis cosas”, señaló.
Su gusto por el arte
del dibujo comenzó cuando era estudiante del Instituto San Martín, donde pasaba
horas elaborando retratos de sus compañeros y profesores, a los que imprimía
una cuota humorística transformándolos en entretenidas caricaturas.
Con los años siguió
con su hobby, incluso era tan grande su
habilidad para retratar y plasmar diversos ámbitos de la sociedad, que su aceptación
lo llevó a exponer en el año 2008 en la Feria de Artes Visuales de Maule, donde
expuso sus obras con el nombre “Curicó Del Alma Mía”, dibujos que luego eran
visibles en el Estadio Español de la ciudad.
También fueron
conocidas sus publicaciones semanales en Diario La Prensa, que incluso lo
llevaron a pensar a dedicarse 100 por ciento a sus trabajos, lo que finalmente
desistió. “Mis amigos me dicen que en vez de haber estado toda una vida en una
fábrica de baldosas, debería haber explotado mi veta como dibujante, pero la
verdad es que no soy ambicioso. Tuve la oportunidad de aprovechar mis
condiciones, pero no estoy arrepentido, porque siempre me están mandando a
hacer cosas, aunque la verdad es que me cuesta mucho ponerle precio a mis
trabajo”, señaló´.
Su relación con la sociedad y su aporte
cultural y artístico, le valió ser nombrado Hijo Ilustre de Curicó en el año 2007.