Inés Núñez: Una historia de vocación al servicio de los curicanos

"Lo que hace la mano derecha, que no lo sepa la izquierda", es el lema de la trabajadora social y nueva concejala por Curicó, cada vez que es consultada sobre las acciones que ha realizado en favor de los más vulnerables

23 de Junio del 2021 · 19:23
Inés Núñez: Una historia de vocación al servicio de los curicanos
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Recolectando firma a firma a las afueras de una notaría en pleno centro de Curicó, comenzó la travesía de la trabajadora social, Inés Núñez (67), para lograr un escaño en el Concejo Municipal, siendo electa por la mayoría de los votos, como la única candidata 100% independiente entre los más de 60 postulantes al cargo, sin alianzas ni apoyo de partidos políticos.

Lo anterior es el resultado de su abnegada labor, dedicada por décadas al servicio público y su vocación de ayuda a las personas más vulnerables de la zona. Lo primero que menciona al comenzar la entrevista y que repite continuamente, es que es una persona agradecida y que siempre ha estado llena de bendiciones.

Oriunda de Temuco, estudió trabajo social “porque es algo que yo siempre he llevado en mí. Tengo el ejemplo de mi madre, que siempre nos llevaba a los asilos y hogares de menores” recuerda, agregando que comenzó misionando a los 15 años junto a los padres franciscanos de Chillán, conociendo la realidad campesina y poblacional.

Sin embargo, la carrera humanista no fue lo único que cursó, “cuando di la PAA, saqué 790 puntos y me alcanzaba para lo que yo quisiera, por lo que entré a Supervisión en Construcción Civil”, rememora, aunque después de un año y medio lo dejó, porque su vocación de ayudar a los más necesitados “era lo que me llenaba”.

Su vida profesional comenzó cuando Inés, ingresó a trabajar al hogar de menores “El Despertar”, ubicado en la ciudad de Talca, donde su experiencia según recuerda “fue maravillosa. Un día logré hacer una once para que las niñas se reencontraran con sus madres biológicas, para que supieran quienes eran sus progenitoras”.

Respecto a la situación que enfrentan hoy los centros para niños, la asistente social recuerda que “antes era un ambiente más hogareño, yo vivía ahí. Debería ser como una familia donde se comparte y comen juntos, yo iba a las reuniones de las niñas y les compraba la ropa en la mejor tienda de Talca”.

Mientras trabajaba en el hogar, la concejala electa, fue seleccionada en un concurso público para un cargo en la Municipalidad de Linares. Pese a ello, su vínculo con el establecimiento para menores seguía vigente, ya que “me permitieron realizar el turno nocturno y seguir quedándome ahí. Eso significaba que si una niña se enfermaba en la noche, tenía que cuidarla”.

En Linares, estaba a cargo de las organizaciones comunitarias rurales donde trabajaba incluso los sábados y domingos, recorriendo caminos inhóspitos para ayudar a quienes lo necesitaran, llegando a buscar hasta a los partidos de fútbol a los más reacios.

Tiempo después, Inés, renunció al municipio porque conoció al que sería su marido, trasladándose junto a él a Romeral. “Se vino como director de la Escuela Agrícola, donde le ayudaba a hacer clases. También traje a muchos jóvenes de allá a estudiar y ahora son grandes profesionales”, relata.

Tras buscar trabajo en Curicó, realizó un reemplazo en el Tribunal de Menores, siendo después seleccionada para trabajar en el hospital local, donde estuvo dos años para luego pasar a los recién creados Cesfam. “En el consultorio empecé a echar raíces, uno se encariña y empieza a conocer a su gente”, comenta.

Al consultar su opinión sobre la evolución de la ciudad durante los últimos 35 años, desde su llegada, señala que “yo me encontré con un Curicó maravilloso. Lo que más me atrajo fue su gente, me gustó el cerro, la alameda en otoño, es muy lindo y acogedor. Lamentablemente, los terremotos arruinaron parte de la infraestructura, quedando mucho sitio eriazo”.

Sin embargo, Inés, hace hincapié en la falta de identidad cultural y de lugares que representen el espíritu de la comuna y sus alrededores. “Sería lindo poder mostrar la historia de lo que significa Vichuquén, la chicha del Rincón de Mellado, de dónde proviene el nombre Hualañé o conocer historias de Comalle”, apunta.

“Veo a los comerciantes ambulantes, que están con frío en invierno y en verano con calor. En otras ciudades, hay pequeños kioscos pintados y con flores, que acogen a los vendedores, eso le da otro colorido y además los protege del mal tiempo. Curicó no puede seguir así, tenemos todas las herramientas para que sea otra ciudad y volver a renacer. Nos ha tocado duro, pero podemos salir adelante”, sentencia la concejala electa.

Recordando su trabajo como asistente social, los ojos de Inés, se inundan de emoción inmediatamente, definiendo esta etapa como “maravillosa. No todos los días eran iguales, para mí era fabuloso llegar y quien tocara la puerta cada día era una sorpresa, pero lo principal era tener buena disposición y cariño”.

Su día a día en el consultorio se repartía entre la atención de público y las salidas a terreno, además realizaba talleres para los adultos mayores, embarazadas y a su grupo “La Esperanza”, que acoge a pacientes rehabilitados de alcohol y droga. “Para mí, el trabajo era mi segunda casa, yo amo lo que estudié”, afirma efusivamente.

En la comuna, es conocida como “Mamita Inés”, apodo que tiene desde sus primeros meses en el Cesfam. “Un día llegó a mi oficina un muchacho que quería conversar. Me contó que su mamá había muerto y que su padre ya no se preocupaba de él ni de sus hermanos, por lo que me preguntó si podía decirme mamá”, recuerda.

A la fecha, Inés registra un total de 37 ahijados, que pronto serán 38, todos anotados en una lista con sus respectivas fechas de nacimiento. “No tengo grandes tierras, ni casa en el campo ni en la playa, pero creo que la gente te busca por lo que eres. Eso de entregar un hijo es una gran responsabilidad, ya que a veces uno tiene que actuar con el ahijado en el momento que cayó a la cárcel e ir a verlo”, comenta.

“También he sido madrina de matrimonio y converso con las dos partes, en caso de problemas, o si no tienen trabajo yo estoy ahí”, menciona, agregando que muchas veces ha tenido que levantarse en medio de la noche, en pijama,  para socorrer a uno de sus ahijados.

Respecto a su labor ayudando a las personas a reinsertarse en el mundo laboral, la trabajadora social señala que “si alguien quiere trabajar, hay que ayudarlo. Lo primero es saber que estamos tratando con alguien que tiene problemas, pero lo estamos ayudando para que cambie. A veces me llaman reclamándome sobre ellos, pero están en un proceso y hay que entender, aunque yo después los llamaba y les decía “vamos, tú puedes, pero no estés todo el día sentado”".

Una de las agrupaciones en que Inés ha contribuido desde su fundación, es Trans Óvalo, esta nació cuando un grupo de personas llegó hasta su oficina solicitando ayuda para asociarse y obtener su personalidad jurídica. La entidad que comenzó con cuatro integrantes, ha llegado a reunir hasta 12 participantes en promedio.

“Hablé con el sacerdote del sector y me prestaron la iglesia, donde comenzamos a realizar las reuniones. También conversé con mi jefatura en el Cesfam, para que me permitieran hacer los talleres en la tarde”, relata la trabajadora social, agregando que en conjunto ganaron proyectos de costura y peluquería.

“Sufren toda una vida ocultándose y además la gente se ríe. No es su culpa, no tienen por qué tratarlos mal o discriminarlos. Es una realidad que no se puede obviar, yo les decía a los padres que llegaban con sus ellos a mi oficina, ¿prefieres que tú hija desaparezca por no aceptarla?”, cuestiona, añadiendo que lo principal es realizar un trabajo de acompañamiento.

El 10 de marzo del 2020, la trabajadora social fue enviada por el Cesfam a su casa, producto de la pandemia de Covid-19 que llegó al país, jubilándose del servicio público el 31 de agosto del mismo año.

Meses después, Inés decidió continuar con su vocación de servicio e inició su campaña para ser concejala por Curicó. Afuera de la notaría en pleno centro de la ciudad, estuvo todos los días desde noviembre del 2020 hasta febrero del 2021, desde las 10:30 a las 15:00 horas, reuniendo finalmente 580 firmas de las 286 que necesitaba para inscribir su candidatura.

Durante las mega elecciones del 15 y 16 de mayo, fue elegida concejala por la mayoría de los sufragios en la comuna de Curicó, obteniendo 4.425 votos, lo que corresponde a 9,89% de las papeletas escrutadas. Tras este resultado, señala que “estoy dimensionándolo. Lo tomo con mucha humildad, creo que es una respuesta del pueblo a mi trabajo”.

En materia social algunos de los temas que le gustaría abordar es la juventud. “El foco sería apoyarlos, centrarnos en las necesidades de ellos y que se creen más espacios propicios para su desarrollo”, enfatiza.

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