Cuando conversamos en VLN Radio con el subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos, siempre se habló de la apertura del Hospital de Curicó para el primer semestre de 2023. Lo anterior, en el contexto de las 16 mil observaciones que debían ser subsanadas por la empresa constructora española OHL y que fueron detalladas por Contraloría en un informe entregado en octubre de 2022.
En ese sentido, el plazo que se fijó el gobierno central -que en ese tiempo recién asumía- no cayó en un verso innecesario y explicativo para calmar la incertidumbre, algo poco común en las autoridades, aunque siempre se agradece.
Con la reciente visita de la ministra de Salud, Ximena Aguilera, que confirmó la apertura del recinto asistencial con las primeras 120 atenciones ambulatorias para enero de 2023 -con 150 funcionarios en labores- se abre otro flanco incierto relacionado ahora con su implementación médica y profesional, más aún cuando nos damos cuenta de que su puesta en marcha será progresiva con sólo cuatro policlínicos operativos, que representan un escaso 10 por ciento de la total magnitud funcional que tendrá el centro de alta complejidad. (El resto seguirá en el CRS de calle Villota).
A esto, se suma que desde el gobierno regional se está a la espera de un proyecto que debe ser presentando por el Servicio de Salud del Maule para financiar un nuevo angíografo y un resonador magnético nuclear, el cual hoy es inexistente en Curicó.
Más aderezo le coloca el médico cirujano y vicepresidente del Colegio Médico en Curicó, Dr. Francisco Zuñiga, aduciendo que el inicio de funciones del nuevo hospital es “sólo un maquillaje” y que todo este esfuerzo que está realizando la administración de Mauro Salinas es “para satisfacer una necesidad social – política”, una olla que sigue en el fuego y nadie parece apagar.
El facultativo sostiene que además existe “falta de información”, sobre todo en el traspaso de las unidades médicas. Se suma a esto, la fuga de profesionales que denuncian en el área de la salud, que a juicio de la dirigencia del Colmed carece de incentivo económico y acusan hacinamiento en los recintos y malas condiciones laborales, incluso, en reiteradas oportunidades los gremios han amenazado con paralizar funciones. En definitiva, se teme a que el nuevo Hospital de Curicó “no genere un impacto real” en la presión asistencial por la falta de especialistas.
Además, entramos en una zona nebulosa cuando nos referimos a las obras complementarias necesarias para un edificio de esta envergadura, que en pocos años se transformó en el nuevo vecino que instaló su casa en una zona residencial que no tiene vías de acceso expeditas, colectores de aguas lluvias, locomoción colectiva, seguridad pública, estacionamientos para los pacientes y sus familias, entre otros.
Con todo lo anterior surge otra duda ¿qué sucederá con el Hospital de Emergencia de Curicó? Se han planteado en diversas ocasiones que debe seguir orientado a las atenciones médicas, una especie de Cesfam Central, instancia que debe ser canalizada a través del Servicio de Salud del Maule, quienes no se han pronunciado, aunque anticipándose a esta situación el alcalde de Curicó afirmó que el próximo 15 de marzo se instaurará una mesa técnica conjunta que buscará abordar este ítem e intentará darle una reorientación definitiva a la antigua edificación, aunque siempre hacia el lado de la salud.
Más allá de todo pesimismo se dio el vamos al flamante nuevo Hospital Provincial de Curicó, cuyo inicio –sin duda- no estará exento de problemas. De igual forma, se valora la responsabilidad de colocarlo en operaciones de manera parcelada para que todo esté OK, sobre todo porque la provincia requiere un espacio digno luego de 13 largos años de espera.
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